Cuando la pulga dejó de dar saltos en busca de un mundo mejor, estaba tan cansada que, la bonita melena del gato persa con el que se cruzó, le dejó indiferente.
Cuando la pulga dejó de dar saltos en busca de un mundo mejor, estaba tan cansada que, la bonita melena del gato persa con el que se cruzó, le dejó indiferente.